Meme


Epa, ¡qué título! ¿Esperaban un tratado sobre la mamadera? OSOOOOOOO. Todavía no estoy tan pendiente del "temita". Ya van a tener oportunidad de verme perturbada por todo tipo de trivialidades relacionadas con la maternidad y sus alcances. Pero todavía no he entrado en el mood.

Resulta que venía pensando en escribir sobre mi nueva vida en el mundo de los felices poseedores de mascota. Estaba haciendo mi crónica mental de cómo había cambiado mi vida desde que Mona llegó a casa y de lo idiota que me siento hablando todo el día de la perra, viendo Animal Planet, charlando con vecinos en el parque sobre las "gracias" de nuestros canes y acariciando cuanto perro pase a mi lado. Pero, afortunadamente, llegué a sana conclusión de que esto no le interesaría a nadie más que a mí.

Por suerte, paseando por los blogs que leo habitualmente, encontré una excusa perfecta para volver al ruedo. Bater, de Mantantiru, me extiende una invitación (llamada "meme" en el vocabulario del blogger cool) que hallé entretenida. La cosa está perfectamente explicada en su blog (en este post), así que no necesito gastarme en el asunto, pero como para que capten la mecánica, les aclaro que un "meme" supone que un blogger le pasa a otro una consigna que, aparentemente, implica ventilar ciertas cosas de su intimidad. Este tiene que responder eso en su blog y continuar la cadena.

No suelo engancharme en este tipo de cosas, principalmente porque odio las cadenas. Soy una ortiba total con esos e-mails a reenviar, incluso cuando hay causas justas. Recuerdo que una vez recibí por varios lados un correo que hablaba de una veterinaria que cerraba y que por este motivo quedaban no sé cuántos perritos a la deriva, que serían sacrificados si no lograban que la gente los adoptara. De por sí, el mensaje era bastante ridículo: ¿por qué habrían de sacrificarlos?, ¿acaso no hay organizaciones que protegen a los animales y que podrían hacerse cargo?, ¿cómo podía ser que una veterinaria anduviera diciendo así nomás, sin pelos en la lengua, que si no los re-ubicaban, los liquidaban y chau asunto? A mí me pareció todo muy extraño, y además, cuando vi el número al que supuestamente había que llamar, se trataba de una característica que evidentemente, no era de acá (pongamos un 64324-3212, por decir algo). Así que borré el mensaje. Pero eso no fue todo, dado que a los pocos días, otra persona que creía estar haciendo el bien me envió el mismo texto, que se diferenciaba del anterior en un detalle muy curioso: alguien, también con la mejor de las intenciones, aparentemente "se dio cuenta" de que la característica no existía en Buenos Aires y entonces, pensando en que se había producido un error, le quitó al número telefónico el primer dígito, lo cual derivó en una combinación posible (pongamos que, sacando el 6 de mi ejemplo anterior, queda algo así como 4324-3212). Para qué. Pobre el que de pura mala suerte fuera el "feliz poseedor" de esa línea. No puedo imaginar hasta qué parte del árbol genealógico de la puteada, habrá llegado el insulto. En fin, harta, se me ocurrió copipastear en el Google una parte del texto del e-mail y ¡oh, sorpresa!, aparecían cientos de entradas de gente que contaba que ese correo había sido un chiste originado en Perú (o algo así), pero que circulaba en varios países, y que la gente lo reenviaba sin parar porque NO LEÍA LO QUE DECÍA.

También detesto esos augurios de mala suerte o felicidad que dependen de continuar haciendo circular un mensaje idiota, que mucha gente no corta, por miedo supersticioso a futuras represalias del hado. Así que como la consigna que recibí no contenía ninguna amenaza, ni obligación, ni nada más allá que no sea disparar algo y que el que quisiera se divirtiera, me pareció aceptable. Supongo que también me resultó atractiva por su facilidad para generar empatía: creo que todos podríamos, mal que mal, responder algo sobre la cuestión. ¿Y cuál es la cuestión? Ocho cosas que querés hacer antes de morir. Sé que tiene un título bastante salame, pero bueno, a veces uno se prende. Por lo menos a mí, a pesar de lo absurda que me parece la idea de pretender armar una lista que reduzca a ocho, las dos millones de cosas que sospecho ahora que quiero hacer antes de palmar, me interpeló y no pude dejar de pensar en eso.

Aquí la respondo y voy a optar por evitar las grandilocuencias del tipo "realizarme en mi vida laboral, trabajando en aquello que alimente con creces tanto mi experiencia profesional, como mi bolsillo y blablabla" o eso de "plantar el arbolito, tener el pibe y escribir el libro" (que en mi caso, se reformularía en "mudarme a una casa con jardín y pileta de material, que el chico no me salga de paladar exigente, y seguir teniendo tiempo para escribir cuanta boludez me dé la gana en mis blogs). En vez de este tipo de sarasas, prefiero exponer cosas mucho más trascendentales que REALMENTE son cosas a resolver.

Para seguir el trencito, copio acá las reglas que debería tener el juego:
  1. Cada jugador comienza con un listado de ocho cosas que quiere hacer antes de morir, no importa las que sean, pero ocho.
  2. Hay que escribir esas ocho cosas en su blog, junto con las reglas del juego.
  3. Hay que seleccionar a ocho personas más, invitarlas a jugar y anotar sus nombres o el nombre de su blog.
  4. Es importante no olvidar dejar un comentario desde donde nos invitaron a jugar.

Voy a hacer una pequeña modificación a la regla número 3 y en vez de hacer yo la selección de los "invitados", optaré por anunciar la entrada gratuita y pedir que el que quiera ser participado, lo anuncie en los comentarios, así yo luego lo pongo en mi lista. Sospecho algunos se verán más interesados por la convocatoria (¿Ninio Verde y Monito?). No sé si otros bloggers que leo se sentirían cómodos con la propuesta (¿Andy? ¿Ricky?, ¿Mr. John (Smith) Steed ? ¿alguno del Baile Moderno que quiera hacer su listado de deudas musicales?) así que lo dejo abierto y, como ya dije, si a alguien le interesa, se prende y listo.

Acá va un arbitrario extracto de mi repertorio:

1- Inventar la máquina detectora de personas sentadas en el colectivo que estén a punto de bajarse.

2- Conocer en persona a James Paul McCartney, darle un abrazo, decirle con toda la confianza del mundo: "¡Paul, no sabés cómo me cambiaste la vida!", y luego irnos juntos a tomar la leche (yo la leche y él su té).

3- Viajar a Estocolmo (en verano, obvio).

4- Tener otro perro de agua español (macho, así Mona tiene guardaespaldas) y ponerle de nombre "Chubaka" (Chewbacca, para los fans).

5- Tener otro superpoder (ya puedo ser invisible, así que supongo que me gustaría que Flash me pasara algo de su rapidez sobrehumana, que me vendría bien para no llegar tarde a todos lados, y sus superreflejos, que usaría para matar a todos los mosquitos del mundo).

6- Conseguir un dispositivo torturador de aquellos mosquitos descarados que osan pasar cerca de mis orejas de noche (sí, ok, tengo una obsesión con ellos, pero ellos también la tienen conmigo y conste que ELLOS la empezaron).

7- Perfeccionar mis pasos de breakdance (cualquiera puede hacerlo; si tienen algún problema, pueden chequear este sitio, que explica ¿¿¿por escrito??? cómo hacer los primeros pasos: ¡Sí, chicos, inténtenlo en sus casas, pero cuando se vayan todos! (y ¡ah!, les aconsejo que si tienen mesa ratona, la corran; en especial si es de las que son de acero con extremos altamente puntiagudos).

8- Llegar algún día a tener a mi propia/o cocinera/o que me solucione el maldito problema cotidiano de andar pensando en qué voy a comer sin que se me ocurra nada más allá de los archiagotados fideos con aceite o el sanguchito de huevo y queso (sí, para algunas cosas mi imaginación presenta fallas astronómicas).

Como podrán imaginar, tengo más, pero me las guardo (así no se cumplen).